Una transición tormentosa.
El Miércoles 20 de Enero en el Capitolio de Washington se llevará a cabo el cambio de mando para la nueva legislatura 2021-2025 que pasará a la administración Biden-Harris la misma que llega a esta instancia en medio de una situación difícil y un país bastante polarizado.
El último cambio de mando en los Estados Unidos de Norteamérica efectuado en enero del 2017 y que se produjo en un ambiente armonioso, llevado a cabo entre el presidente saliente Barack Obama y el entrante Donald Trump; con total normalidad y en un clima diplomático haciendo honor a una democracia avanzada y estable; aquella ceremonia marcó el inicio de un periodo caracterizado por cambios significativos a nivel nacional como internacional, gran parte de esas controvertidas decisiones en el campo sobre todo económico llevaron a una aparente mejoría en los empleos en los Estados Unidos, por cuanto respecta a los acuerdos diplomáticos es más discutible, todas estas nuevas directivas polarizaron más a un país que se encuentra desde sus inicios en una constante desigualdad social y que necesita sanar muchas heridas.
Estricta alerta para el cambio de gobierno.
Luego del episodio del 6 de Enero y con un grupo radical aún descontento no es de subestimar reacciones polémicas y violentas para el Miércoles 20 enero, en medio de un proceso por impeachment ya aprobado por La Cámara de Representantes y que espera una última confirmación del Senado (Camara Alta) por instigación a la violencia según la acusación, queda como asuntos pendientes que dan un clima más controvertido a la ceremonia.
El evento probablemente no contará con la presencia del presidente saliente Donald Trump; algo que afea en lo diplomático un cambio de mando pero que a su vez parece no ser un motivo suficiente para impedir un homenaje a la democracia y el inicio de una nueva administración al mando de la primera potencia mundial.